domingo, 15 de noviembre de 2009

El Regreso del marxismo

EL REGRESO DEL MARXISMO

Por Freddy Quezada

Cuando era marxista, recuerdo haber interrumpido una clase del Profesor Nassere Habed, quien se disponía a iniciar su curso "Educación para Párvulos" en una de las aulas de la UNAN. La libertad que permitía mi condición de dirigente estudiantil en aquella época me obligó a aclararles a los estudiantes el papel alienante de la pedagogía burguesa. Bajo el principio hegeliano que "todo está relacionado con todo", expliqué confusamente cómo la educación capitalista se articulaba en algún sentido in toto; desde el modo divertido de caminar del propio profesor Habed, hasta la manera que uno tiene de ver el cielo cuando escucha la Chica de Ipanema, pasando, desde luego, por la sonrisa fascinante de Silvia Meyer, la dulce muchacha sentada en la primera fila durante aquella memorable ocasión.

Luego de semejante discurso, impresionante por lo cretino, me retiré del aula satisfecho de haber cautivado con la fuerza de mis argumentos y el humor de mis imágenes a las chicas más guapas del salón y dejarme admirar por los muchachos más lúcidos. Al despedirme oí a mis espaldas una expresión, que entonces no comprendí, del profesor Habed inaugurando su asignatura:

"Están viendo Uds retirarse a un niño, precisamente a quien vamos a estudiar".

Aún no sé si se refería a mi grosería de haber violentado su clase o al tipo de discurso fundamentalista e infantil que acababa de exponer y del cual, por entonces, me sentía tan orgulloso y seguro.

Nunca entendí cómo alguien podía criticar u oponerse a un sistema tan completo, coherente, sistémico e integral. Hasta oponiéndose a él lo reafirmaban y de paso dotaba de identidad tanto a sus defensores como a sus detractores. La dialéctica era como la religión. No se la podía combatir, a lo sumo aceptar o rechazar y en ambos casos era fortalecerla ad infinitum hasta hacerla coincidir con algo inmóvil, fijo, no dialéctico: el Espíritu Absoluto, el comunismo, el fin de la Historia o de la Pre-historia como solíamos decir. En otros términos, vivía de su propia negación vista desde una onto-teología inmutable. En algún sitio ese círculo se rompió en una nube de puntos, como después demostraría la teoría matemática de la catástrofe (Thom, 1990) y tantos otros descubrimientos de la teoría del caos.

Como quiera que haya sido, lo cierto es que el marxismo, al menos una de sus múltiples variedades --sólo Kolakowski (1982) estudió más de ocho-- jamás creí que fuera a ser superado. Alguna vez intenté pensar cómo sería el mundo sin él. Pero no pude. Era imposible. Hice el esfuerzo a raíz de una vieja compilación de textos llamado "El marxismo olvidado" de la editorial Fontamara y en el cual Rosa Luxemburgo pronosticaba que si la dialéctica histórica se aplicaba a sí misma, el marxismo terminaría por ser reabsorbido dentro de un sistema racional superior. No creo que el postmodernismo sea eso ahora. Ni es enteramente racional ni se tiene a sí mismo como superior a cualquier otra narración. Sólo es diferente.

Pero, en fin, expondré en este ensayo algunas cosas que me hacen pensar que, si el marxismo ya murió, tiene hoy el derecho de regresar en virtud de su condición de vencido y humillado junto a los "otros" (mujeres, etnias, naturaleza, niños, gays, religiones no occidentales, nacionalismos, etc) que, en efecto, ya lo están haciendo, tal como lo imaginó Walter Benjamín.

Parte de ese regreso ya se advierte en la revitalización en medio de sus espasmos, de algunos partidos comunistas europeos orientales, disfrazados o no; en el repunte de algunas corrientes socialistas (como en la Francia de Jospin); en la defensa de un marxismo creativo y ético por Perry Anderson, James Petras y Ralph Darendorf; en el replanteamiento económico de los neoestructuralistas latinoamericanos (Sunkel, 1991); en la redefinición de la doctrina marxista ahora como materialismo geográfico/histórico (Harvey, 1991); en el papel del "autoritarismo blando" de los países del sudeste asiático (PARI y ASEAN) del que habla Fukuyama repensado a la Gramsci por González Casanova (1992) y, en el aspecto más refinado, la participación de algunos autores (Becker, 1994:19) contra los más representativos pensadores del postmodernismo presentando a su favor la vieja teoría del reflejo leninista, encabezando su bibliografía con Víctor Afanasiev y las obras completas de Marx y Engels, mientras afirma que los postmodernistas no explican, no polemizan y no argumentan nada, sino que sólo "afirman" y descubre que sus planteamientos son viejos y las refutaciones también. Cierra el círculo para patinar obtusamente dentro de él. Modo peculiar de este hijo de manual de anular su propio ensayo al declarar que no puede añadir nada nuevo. ¿Quién es el postmoderno en toda esta locura?

Aplicarse a uno mismo las leyes, normas y construcciones que se recetan para "otros" es caer en la paradoja inevitable e insoluble. Tiene razón este marxista cuando dice que la postmodernidad ha creado el "metarrelato" de los "no metarrelatos". Pero cuando critica así --en el pecado está la penitencia o en la condena la absolución-- usa los argumentos del adversario y se desdobla compartiendo por un lado la verdad del "otro" y, de otra parte, se afirma en la legitimidad de su fragmento porque regresa a una verdad que no se mueve (grund).

Para presentar las ideas que tengo sobre el regreso del marxismo partiré de tres vigas que de alguna manera se están rearticulando en nuestra época. No sé hasta dónde serán de determinantes pero vale la pena reflexionar sobre ellos. Kant también regresa. Veremos por qué.

VIGA A: La modernidad tardía, en particular el vanguardismo estético europeo, logró destruir la mímesis aristotélica y consiguió dos cosas: por un lado, ayudó a fundar la idea que la representación era una copia y, por otro, que la novedad descansaba en alterarla por medio de la creación propiamente dicha o la combinación. La copia como si fuera creación, el sentido original que tenía en Aristóteles, se perdió. La representación como Darstellung se confundió con la teoría del reflejo positivista. El simulacro como obra, tal como ahora se comprende el arte y la técnica postmoderna, sólo brindaría frutos, paradójicamente, por las críticas de los vanguardistas a una definición de mímesis que la modernidad había imaginado, en verdad, empobrecido. Octavio Paz se burla de esta paradoja cuando dice que los japoneses crearon imitando dando a entender que fueron ellos los únicos que comprendieron a Aristóteles. Yamaguchi (1994:136), lo recuerda con el wakon yosai (espíritu japonés con sabiduría occidental). La imitación en Aristóteles siempre fue una creación. Antes la novedad, en el sentido clásico moderno, era la que rompía la repetición ahora es su producto cotidiano. La novedad era lo extraordinario, hoy lo extraordinario es lo no nuevo porque la novedad es rutina. Como en el caso del concepto de multicultura o mestizaje. Europa y, el colmo, Alemania se reconocen a sí mismas como culturas mestizas. Morin (1994:175), un pensador que está escandalizando al viejo continente, dice: "...hay que recordar también que la cultura pura no existe y que todas ellas son mestizas, empezando por la nuestra". Braun (1994:48), un profesor alemán de la Universidad de Tréveris, sin prejucios, reconoce también que: "Por razón de sus diferencias socioeconómicas, religiosas y regionales, y en vista de la pluralización de los estilos de vida, todas las sociedades occidentales son en cierto sentido multiculturales... Muchas son las razones que permiten afirmar que lo multicultural en el sentido de una multiplicidad de formas de pensar y vivir era ya una realidad concreta en Alemania y en otros países industrializados mucho antes de iniciarse la discusión en torno a este fenómeno". !Cómo las categorías nuestras la están usando los europeos sin mayores remordimientos! Precisamente de lo que ayer nos avergonzábamos es de lo que hoy debemos sentirnos orgullosos. Si nuestra hibridez es una poderosa herramienta heurística en manos ajenas cómo no serlo en las nuestras.

Síntesis A: la imitación aún la más vulgar es una mediación subjetiva; crea aunque sean pastiches o kitsch.

VIGA B: Según la teoría del caos por medio de sus iteraciones no lineales, la creación (los números no repetidos) aparecen siempre después de la repetición. El círculo se rompe al repetirse un número determinado de veces. Al estallar desde cualquier punto, la circunferencia crea por medio de la diferencia singular entre uno y otro resultado. La imitación es creación en el más puro sentido aristotélico. Bien podríamos decir, con Marx, que todo lo sólido se desvanece en el aire por la repetición del movimiento... pero lo curioso es que regresa para desvanecerse otra vez. Aquí la clave básica es la velocidad como categoría que reclama asiento teórico propio; tiene una curvatura que demuestra su circularidad. Paul Virilio (1979) ha explorado este asunto. La velocidad es redonda. Creo que fue un poeta (¿T.S. Elliot?) el que dijo que al desarrollarse, la ciencia había perdido sabiduría y ahora que se ha desarrollado la tecnología bien podríamos decir que se ha perdido la ciencia misma. El desarrollo de la técnica hoy no tiene sentido, dirección, mesura, ni fines de reconciliación, sólo velocidad, su nuevo Dios. Miele (1994:141), un lúcido científico italiano, dice: "...vivimos en una fase donde la tecnología se desarrolla casi sola, sin muchas preguntas sobre su sentido. Parece que lo importante es seguir siempre adelante, como las máquinas hacia un objetivo final que nadie conoce". Las nuevas tecnologías son nihilistas en el más puro de los términos. Se destruyen a sí mismas a perpetuidad sólo para afirmarse provisionalmente, a lo Popper, demostrando sin buscarlo que la esencia del ser postmoderno es la información. No es una esencia en el sentido clásico sino una red. Por eso el sujeto desaparece (Lyotard, 1984) y el pensamiento se debilita (Vattimo, 1990). El ser se mueve en la equivocación. "Yo en el error", porque espero un desenlace lineal. Es un hecho: el ser occidental no está preparado para la sorpresa. Cuando la enfrenta, la compara y con ello la rebaja. Se pierde en la otra cara: la memoria. Acaba atrapado en el dualismo que enferma a Occidente. Entre la ilusión y la nostalgia, anula su presente destruyendo el instante múltiple entre el pasado y el futuro; entre el recuerdo y la esperanza que nos termina dejando con una fotografía en una mano y la muerte en la otra. Para el occidental, desde Husserl, todo debe tener sentido, sin saber que todo desemboca siempre en la nada, en el silencio, como decían los budistas.

Síntesis B: la repetición después de un número de veces crea por la velocidad del movimiento.

VIGA C: Regresó el liberalismo clásico como neo, con más simpleza y brutalidad que la de sus creadores. Durante buena parte del siglo XX, fue un paria para la mayoría de los intelectuales marxistas, cuando estos hegemonizaban. El regreso del liberalismo habría que incluirlo dentro de la venganza de los "otros": los derrotados, los humillados, los vencidos, los excluidos, los enterrados, los muertos. Hoy, el neoliberalismo está asombrándose de lo que ya había descubierto el marxismo: el desempleo estructural que ellos mismos generan. La contradicción en las relaciones de producción se están señalando como si fuera una novedad (Der Spiegel, 1995: 52-57). Es una repetición del fenómeno como la que sufrieron los romanos con los helenos: conquistaron materialmente a Grecia pero ella les conquistó su espíritu. El problema del "empleo flexible" y la defensa de las conquistas históricas de los sindicatos en casi todo el mundo, de algún modo ¿no nos regresa al siglo XIX? ¿Regresará así el marxismo en el XXI? Nadie ha superado a Marx en la crítica al capitalismo. Y nada nuevo se dirá en contra del neoliberalismo que no lo haya dicho ya con la profundidad, pasión y elegancia que caracterizaban al Prometeo de Tréveris. El consumo mundial, por ejemplo, ahora es más pequeño pero más variado. La exclusión de él de cerca de dos tercios de la humanidad de alguna manera es la que está generando las guerras geoculturales, las xenofobias, las leyes antiinmigratorias de la gente del Sur que desea vivir en el Norte. Tal contradicción del sistema sólo puede ser entendida a la marxista. El regreso del marxismo como el neoliberalismo: ¿vendrá más simple todavía de lo que se fue, como le pasó al propio liberalismo? ¿O se refinará más creando otra realidad junto a los "otros" que siempre negó? ¿Creará también kitsch, mierda? Recuérdese que es un muerto fresco. No acaba de morir y su agonía puede confundirse con su resurreción como el verdadero fantasma que sus enemigos decían que recorría el mundo en el siglo XIX.

Síntesis C: Regresa lo viejo sin ser lo mismo, acompañado de una tecnología sin fines.

Tenemos, pues, tres grandes fenómenos: la imitación poética, (estética), la repetición científica (razón pura) y el regreso de sistemas políticos (razón práctica). Todos mediados por la creación para bien o para mal. !Kant está aquí!

Todo esto no es más que una suerte de pensamiento circular que ha venido a recuperar asiento en medio de la crisis de la concepción lineal del tiempo de origen cristiano, secularizada después por la modernidad en el progreso. Recuperamos así una tradición grecolatina perdida (Aristóteles jamás creyó vivir después de Homero) que fue compartida también por la mayoría de nuestras culturas precolombinas.

Todas estas reflexiones sólo me recuerdan una vieja expresión que me coloca en el umbral de un nuevo silencio:

No hay peor enemigo del marxismo que el que alguna vez lo fue... ¿para volver a serlo?.


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Becker, Jörg (1994) "El pensamiento posmoderno. Su comportamiento en la teoría de la información" en Telos No. 38. Ed. Fundesco. Madrid; págs: 17-26.

Braun, Hans (1994) "Sobre el equilibrio entre la heterogeneidad y la confianza" en Deutschland No.5; págs: 44-49.

Der Spiegel (1995) "¿Cuáles serán los empleos del mañana?" en Summa Internacional (Lo mejor de las mejores publicaciones del mundo) No. 10; págs: 50-57.

González Casanova, Pablo (1992) "La crisis del Estado y la democracia en el Sur: el discurso de la globalidad". Perfil de La Jornada. Febrero.

Harvey, David (1991) The condition of Postmodernity. Blackwell. Cambridge. Massachussets.

Kolakowski, Leszek (1982) Las corrientes del marxismo en tres vólumenes. Alianza Editorial. Madrid.

Lyotard, Jean F. (1984) La condición postmoderna. Cátedra. Teorema. Madrid.

Miele, Gian Paolo (1994) "Inteligencia Artificial e Inteligencia Humana" en Voluntad de Arraigo. VV. AA. Ed. UCA. Managua; págs: 121-142.

Morin, Edgard (1994) Pensar Europa. Gedisa. Barcelona.

Sunkel, Osvaldo (1991) El desarrollo desde dentro. Un enfoque neoestructuralista para la América Latina (compilación). Ed. Fondo de Cultura Económica. México.

Thom, René (1990) Estabilidad Estructural y morfogénesis. Gedisa. Barcelona.

Vattimo, Gianni (1990) El Fin de la Modernidad. Editorial Gedisa. Barcelona.

Yamaguchi, Masao (1994) "Comunicación, cultura y tenología de Japón. Tradición y futuro" en Comunicación y Sociedad No 20. Universidad de Guadalajara. CEIC. Enero-Febrero; págs: 135-152.

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