(XXI :EL SIGLO DEL CAOS)
Por Freddy Quezada
Por la mañana del 1o de Enero del año 2000, cuando millones de borrachos se digan que vienen del siglo XX, que ya son postmodernos y que van a la cantina más próxima a seguir celebrando, habrá un relajo en las redes de computadoras por el llamado “Fallo del Milenio”. Las redes se volverán locas, se dice, por la ausencia de los cuatro dígitos que deben marcar los años donde, por negligencia u omisión, se han empleado dos. Se apagarán las grandes ciudades. Se derrumbará la bolsa. Se volverán chifladas las cuentas bancarias, las tarifas computarizadas y todo tipo de servicio automatizado.
Será un desorden asombroso y apocalíptico. Una especie de pánico absoluto y fiesta universal, precisamente los dos fenómenos sociales más aleatorios y rico en direcciones que uno se pueda imaginar. Una Babel de Silicio con un Dionisos ebrio de gloria en su cúspide.
El año 2000, que realmente comenzó en 1989 con la caída del Muro de Berlín, ha sido pronosticado como la era de las guerras geoculturales, de la ecología, del retorno de la religión, de la abolición del tiempo lineal y el espacio euclidiano, de la realidad virtual, de la diferencia, del fin de la historia y del mundo. Hasta ahora nadie lo ha llamado el siglo de las averías, como tímidamente lo sospechó Georges Balandier, un antropólogo que fue el primero en tratar de aplicar la teoría del caos a las ciencias sociales. Dice : “...el centro se encuentra a merced de un error, una disfunción, una avería, o una malevolencia cuyos efectos en cadena se amplifican y se convierten en generadores de desorden. En otra escala, los sistemas de regulación de los movimientos de masas humanas numerosas que controlan las corrientes y mantienen un orden de conjunto transforman a este en un caos cuando se descomponen repentinamente en un punto”.
Este efecto no deseado, o efectos perversos, como solemos decir los sociólogos para impresionar al recién llegado, puede estar en las averías como la destrucción ecológica estuvo escondida detrás de la industrialización. !Siempre perderemos algo con lo que ganamos!
Un error minúsculo puede desencadenar una cascada de consecuencias espectaculares como el olvido o la pereza de no haber escrito los cuatro dígitos de rigor para referirse a un año. A tales cosas se le conoce en la teoría del caos como “efecto mariposa ”.
Significa que el todo está conectado con el todo. El Uno de Parménides es el Muchos de Platón. Una sola persona son todas. Una, como imaginó Borges, puede estar soñándonos a las demás. Cada cosa es el todo, como alguna vez dijo Plotino. Cada partícula, aún las más aisladas, responden a las otras como si se comunicaran. Es el principio que descubrió David Bohm para responder al misterio de la física cuántica : nada es divisible. Si hasta hoy hemos creído lo contrario es porque el lenguaje occidental siempre ha dividido al mundo en sujeto, verbo y objeto. Todo es verbo ; todo es acción ; todo es movimiento.
Seremos, pues, más eficaces y veloces, sin duda, pero también más vulnerables. La información o el error, desde cualquier punto de una red, llegará con la misma velocidad para bien o para mal.
El bostezo de un funcionario podrá exponer todo el sistema energético de una gran ciudad ; el parpadeo de una controlista de pizarras financieras producirá las oscilaciones más violentas de la bolsa de valores ; el descuido momentáneo de una pantalla electrónica por prepararse un café dejará al descubierto toda una programación de vuelos internacionales ; la desidia de un operador telemático arriesgará las cuentas de todas las tarjetas de crédito ; la incursión de los hackers alterará a conveniencia millones de datos y su persecución por los crackers modificará otros tantos. ! Nada podrá ser controlado al controlarlo todo !
Estando más cerca de la velocidad de la luz estamos más cerca del desastre. Sólo aquellos países, como Nicaragua, que cuentan con las “ventajas del atraso”, estarán más preparados para sobrevivir por su autonomía relativa. Estando más lejos de la velocidad, estaremos más a cubierto de las “averías” rediáticas. ! Siempre ganaremos algo con lo que perdemos !
La ventaja de todo el relajo que se espera la primer mañana del año 2000 puede estar en las propias tinieblas que provoque ; al fin y al cabo, como dice una de las “leyes” de Murphy,
“ la causa de todos los problemas son las soluciones”, de tal manera que, para resolverlos, debemos dejar de buscarlas.
Sin luz eléctrica, por ejemplo, ya podremos, alrededor de una vela, vernos directamente a los ojos, tomarnos de las manos y, sin necesidad de emborracharnos, contarnos en la más dulce tradición oral, de dónde venimos, quiénes somos y hacia dónde vamos.
Managua, abril de 1997
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