domingo, 15 de noviembre de 2009

Síntesis hegeliana: ¿necesaria e imposible?

LA SINTESIS HEGELIANA: ¿NECESARIA E IMPOSIBLE?

(Collage II)

"Al poeta Guillermo Rothschuh Tablada, con el cariño eterno de un discípulo".

Por Freddy Quezada

"Se llamaba casi Namibia". Así, evitando decir el nombre exacto de mi primera esposa, personaje central de la trama, empezaba una obra de miserable calidad literaria que escribí como primer novela y, a través de la cual, reconocí mi gran fracaso como artista. Desde entonces, como sociólogo, he procurado compensar tal frustración con la defensa que hago del arte como gran contribuidor de las ciencias en nuestros tiempos. Pequeño consuelo para llenar un corazón de hombre que cuenta su mejor chiste durante el más profundo de sus llantos.

Tal vez por eso, EEUU se me antoje hoy un policía mundial tan triste, como aquél del que habla Manolo Cuadra en uno de sus más célebres poemas. Es el gemelo que terminó reinando en soledad a la muerte de su inter pares. Su presencia, con todo, en sus últimas cuatro participaciones mundiales (desde Irak hasta Haití) se ha hecho acompañar de dos nuevos fenómenos: no sale ni a comprar a la esquina sino es con una resolución de la ONU en la mano y utiliza para cualquier efecto su discurso favorito: los Derechos Humanos. Situación nueva, sin duda, cuya observancia data desde la caída del muro de Berlín; es decir, es una conducta geopolítica de la nueva época de post-guerra fría.[1]

Esta situación siempre deja un espacio de doble vía y de ambigüedad que pone en aprietos a la vieja intelectualidad revolucionaria o al hombre de la calle que piensa y actúa de modo honrado con alternativas sencillas y excluyentes. Al viejo modo: Apoyamos o no la invasión de la ONU y EEUU para sacar a Irak de su intervención en Kuwait? Apoyamos o no la invasión a Somalia para alimentar a los hambrientos? Apoyamos o no la intervención a la ex-Yugoslavia para terminar con esa guerra absurda? Apoyamos o no la invasión a Haití para devolverle el poder a Aristide, electo democráticamente? Sin rodeos ni autogratificaciones: ¿Sí o no?

Es el viejo dilema si el fin justifica los medios, o el medio empleado desvirtúa el fin deseado. Si es justificable superar un error con otro error mayor todavía; si el mejor modo de defender los Derechos Humanos es violándolos. No sólo es una época en que la ética y los Derechos Humanos mismos, con todas sus miserias, (y lo que tengan de reflejo como conquistas de la sociedad civil universal) reclaman espacio, sino también es la época de la desintegración del Estado-nación.

El Estado-nación está en crisis "por arriba" y "por abajo". "Por arriba" por la mundialización/regionalización con alta capacidad para toma de decisiones y "por abajo" por la fragmentación de la sociedad civil mundial y su capacidad de veto.[2] Ultimamente lo reconocen así, moros (Wallerstein, 1990) y cristianos (Kurth, 1993).

Esto nos lleva a un problema clave y, de hecho, a la esencia de estas notas "anarcas": ¿es dable buscar síntesis, en el sentido hegeliano, a estos fenómenos? La mundialización, o tercera ola, ha llevado a la refundición de muchas disciplinas y a la recombinación de otras, dando paso en todo esto a una especie de neo-renacimiento en el cual las artes (en especial la arquitectura, la novela, la escultura, la pintura) de nuevo participan y se rearticulan con muchas concepciones científicas, de paso muy cambiantes y ya bajo el signo de la incertidumbre, la indeterminancia, el relativismo y la desacralización[3].

Umberto Eco, señalaba este servidor en un ensayo literario hace pocos años, curiosamente de nuevo en Italia, combinaba sus calidades artísticas en un par de novelas sobre el medioevo, una, y sobre los delirios del racionalismo, la otra, con sus investigaciones semióticas. Todo un descendiente postmoderno del renacimiento clásico. Tan pronto artista como científico.

La fragmentación, el otro fenómeno, fruto de las crisis de representatividad y de la trascendencia de los macro-sujetos, sólo puede brindar perspectivas locales que son las que, al fin y al cabo, interesan a las comunidades. De seguro el principio "piensa mundialmente y actúa localmente" tiene cabida no como síntesis de un desorden sino como un principio de acción usualmente dirigido contra el Estado-nación, paradójicamente, la vieja síntesis entre el sistema mundial y las sociedades específicas en la "modernidad". Hay autores que creen en el fenómeno de la renacionalización, pero no es más que la nostalgia por la vieja mediación perdida.

Será que estará sucediendo, en las sociedades postmodernas, lo que Bürger (1991:120) dice para el arte moderno, que siempre se debatió entre lo necesario (como significado de un mundo desencantado frente a la Religión tal como hoy sucede frente a la Razón) y lo imposible (como la representación eterna de su propia ausencia)­? Bürger dice que el arte moderno no tiene síntesis y no tiene por qué tenerla. Esa es su fuerza y su encanto. Y en ese sentido la superación no existe, sino "interminables juegos de nuevas formas de desplazamientos" (Burger, 1991:íbid).

Será que toda la fuerza ya no descansa en una síntesis sino más bien en una tensión insoportable entre el exceso de identidad (ego) y el riesgo de disolución en el "otro" (alter)? De algún modo, no es todo esto el regreso de viejos enemigos que se sientan a medir fuerzas de nuevo sin importar, esta vez, quién se impondrá a quién, eliminando las reglas y a los árbitros, jugando por el placer mismo del juego como lo entiende Lyotard (1984) y Wittgenstein (1982), en el plano del lenguaje; Morgenstern y Von Neuman (1980) en la teoría de los juegos aplicados a la economía; Pomian y René Thom (1990) en la teoría de las catástrofes deducidas de sus modelos matemáticos? No es, por ventura, el regreso del voluntarismo contra el determinismo; la estructura contra la coyuntura; el existencialismo contra el estructuralismo; el racionalismo contra el romanticismo; las regularidades contra los agentes; la libertad contra la necesidad; lo deseable contra lo posible; el neo-renacimiento contra la fragmentación; el sistema mundial contra los movimientos sociales; la modernidad contra la postmodernidad; las leyes contra el azar?

Buscar síntesis entre estos polos, como hacen algunos autores, incluso para Nicaragua en el terreno cultural (Serrano, 1993), es deseable y legítimo? No será maniqueo trabajar con la idea que la síntesis es buena en sí misma y lo que no tiene, es malo, desordenado, caótico, anárquico y perverso­? Al parecer, la síntesis es entendida como la superación de "algo" hacia algún sentido, que puede ser llamado progreso, cultura, avance, consenso, pero exactamente hacia dónde ? Hacia donde desean quienes la reclaman como una nueva filosofía de la historia? Y quién nos garantiza que sus preferencias sintéticas sean las deseables y en la dirección correcta?

Joseph Schumpeter, un imaginativo economista capitalista, decía que la "destrucción es creativa" y que hay "progreso en el caos". Pero, desde el otro extremo, paradójicamente, lo mismo decían Bakunin y Kropotkin. Como ellos, pero en otros terrenos, la mayoría de los artistas del vanguardismo europeo (surrealismo francés, constructivismo ruso, futurismo italiano y, porqué no, hasta el romanticismo alemán) tenían por inspiración el anarquismo estético. Su regla era "ninguna regla". La única antinomia de la razón elevada a rango de conciencia sensible desgarrada entre lo necesario e imposible de su síntesis. Y si hoy nos atrevemos a hablar de neo-renacimiento es porque precisamente esta conducta estética ha sido acogida por científicos, investigadores y hasta filósofos de la ciencia (Feyerabend, 1986) y muchos de ellos cada vez más incursionan en el arte para soportar con fuerza sus investigaciones (Aaron, 1993:66-71).

De seguir así, nuestra época probablemente terminará por abrazar aquel bello principio ontológico de "llegar a ser lo que se es". Un majestuoso vuelo de despegue para conocernos a nosotros mismos regresando a lo que somos, comprendiendo, a su vez, que en el puro placer del viaje estuvo a un tiempo el conocimiento y la estética. Quizás debamos decir, en consecuencia, que el último ser humano sobre el planeta será como debió ser el primero: un artista.


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Aaron, Daniel (1993) "Las verdades de la ficción histórica. Los grandes maestros de la literatura han iluminado el pasado, de un modo que ni los historiadores más eminentes han podido igualar". Facetas. No 100. 2/1993. Washington. (66-71)

Burger, Peter (1991) "Aporías de la estética moderna". Nueva Sociedad. No. 116. Caracas. (112-121)

Einstein, Albert (1971) La Relatividad. Grijalbo. México.

Feyerabend, Paul (1986) Tratado contra el método. Tecnos. Madrid.

Heisenberg, Werner (1985) "Ley natural y estructura de la materia" An­to­logía de métodos. Centro de Estudios Gene­rales. Universidad Nacional de Here­dia, Costa Rica.

Kurth, James (1993) "Hacia el mundo posmoderno. La era de la nación-estado está dando lugar a un sistema multicultural e internacionalista". Facetas. No 100. 2/1993. Washington. (8-13)

Lyotard, Jean F. (1984) La condición postmoderna. Cátedra. Teorema. Madrid.

Serrano, Alejandro (1993) Unidad en la diversidad. La cultura del consenso. Editorial UNAN.

Toffler, Alvin (1990) El cambio de poder. Plaza & Jinés. Barcelona.

Thom, René (1990) Estabilidad Estructural y morfogénesis. Gedisa. Barcelona.

Von Neumann, J. y Morgenstern, O. (1980). Teoría de los juegos y conducta económica.

Wallerstein, I. (1990) "Revolución en el sistema-mundo tesis e interrogantes" en El Juicio al Sujeto compilación de Guido y Fernández. FLACSO. México. págs:15-42.

Wittgenstein, Ludwig (1982) Investigaciones filosóficas. Paidós Ibérica. Madrid.



[1]. Como se sabe, la nueva correlación de fuerzas en el nuevo orden mundial está presidida por el neotrilateralismo: a) Japón y sus muchachas del sudeste asiático (PARI y ASEAN); b) Alemania reunificada y sus hermanas europeas de la CEE y c) EEUU y sus sirvientas americanas de la "Iniciativa de las Américas" y del NAFTA. Si partimos del supuesto que Japón busca como incorporar a China a su radio de expansión económica y algo parecido busca Alemania con la ex-URSS, es probable que el asiento que ocupan en el Consejo de Seguridad de la ONU esas dos potencias empiezen a negociarlo o a condicionar su capacidad de veto frente a EEUU y, Francia e Inglaterra, buscarían, en el peor de los casos, como vender caro su voto al mejor postor. Una situación así, desmejoraría aún más la menguada hegemonía norteamericana si le sumamos, además, la consabida dependencia que tiene su tecnología militar del abastecimiento japonés de fibra óptica, chips y superconductores.

[2]. Ciertamente hoy, en términos internacionales, los Derechos Humanos son hasta cierto punto una especie de "ancla" para los arbitrios de EEUU y las otras potencias menores, todo como consecuencia todavía débil de la presión de los nuevos movimientos sociales. Como se sabe a EEUU no le han faltado deseos de deshacerse de Saddam Hussein e intervenir Irak. Por qué no lo ha hecho?

[3]. Si hay algo que nos han heredado, en nuestro mundo, las ciencias más respetables: la relatividad, la física cuántica y la tecnología mediática, son tres cosas: a) en el universo de los grandes fenómenos, la perspectiva subjetiva del observador y el condicionamiento de los "sistemas de referencias" (Einstein, 1971); b) en el mundo subatómico, la incertidumbre, indeterminancia y probabilidad (Heisenberg, 1985) y c) la noción de cambio y velocidad como rutina (Toffler, 1990).

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