LA DICTADURA DE LA IMAGEN
Por Freddy Quezada
El verbo, la escritura y la imagen se han perseguido mutuamente como fuentes de verdad y sentido para justificar sus narraciones, a través de un carroussel de expresiones descalificadoras tales como: "al principio fue el verbo", "las palabras se las lleva el viento", "papelitos hablan", "una imagen vale más que mil palabras", "el cine es una ilusión óptica", "la foto es una elección de ángulo" y otras más.
Hasta antes del "boom" de las comunicaciones, la escritura guardaba una cierta sacralidad, como en su tiempo la oración, que le venía de ser el medio mas dúctil para expresar las abstracciones más altas y graves del pensamiento y el lenguaje mismo. Derrida, su máximo estudioso actual, heredero de los estructuralistas franceses, hace de la escritura, como ciencia, su pasión. Habermas, su máximo crítico, recordando sus veleidades judías, ve en ello una nostalgia por la sacralidad de la escritura en el libro de libros: la Biblia.
Sea como fuere, lo cierto es que la escritura se está debilitando ante el dominio cada vez más fascinante de la imagen. En términos de INTERNET, pasamos del gopher a la web. Otros dicen que la escritura se prepara para combinarse en formas inéditas.
Quizás al mundo de hoy, le debemos ese reclamo que hacemos a la juventud de no leer mucho, pero, con todo, "ve" más que nosotros. No hay escritor/a joven de nuestra época que no esté apelando a una película de taquilla mundial para ilustrar sus afirmaciones. Prefieren citar una expresión de "Independence Day" que algún episodio de las novelas de Isaac Assimov, o recordar las teorías más contemporáneas (como las del caos) porque la escucharon en películas como "Jurassic Park" o las paradojas del tiempo en "Back to the Future" o en "Time Cop".
A una profesora de arte visual, le dije una vez que los críticos de cine serán los nuevos enciclopedistas del siglo XXI, más versátiles y amplios que sus predecesores, sin duda, y más tiranos: los críticos literarios.
Y es que se regresa a un viejo modo de conocer. En la tradición grecolatina de Occidente la sabiduría, sin dejar de ser racional, estaba más articulada a los sentidos que a la escritura misma.
La raíz griega de teoría es "ver" y el saber para los romanos estaba muy vinculado al gusto, al sabor; de hecho guardan, todavía, la misma raíz en nuestras lenguas latinas.
Esa distancia de los sentidos que impuso el racionalismo cartesiano con su desconfianza por ellos, marcó un deterioro muy fuerte de las verdades que, a su manera, supo mantener la tradición anglosajona, en especial su heredera: la norteamericana.
Con la televisión y el cine desarrollado en EEUU, la escritura en todas sus modalidades empezó a parecerse a ellos. Todavía hay que agregar que, sin saberlo, la imagen se hace acompañar de otras tradiciones eliminadas por la escritura como la oralidad y la gestualidad; el verbo y la expresión; la poesía y el teatro.
Hay algunas computadoras, es más, que ya vienen sin el teclado y funcionan a partir de códigos fonéticos y órdenes verbales directas.
Algunos críticos dicen, incluso, que las sorpresas divertidas de García Márquez en los diálogos de sus obras, le deben mucho al lenguaje cinematográfico y su abundancia de chistes rápidos, frecuentes y en ocasiones geniales son casi los mismos que despilfarran los gringos hasta en sus películas más baratas y estúpidas.
Así, pues, los periódicos han aligerado su prosa, las fotos dominan hoy las planas, casi nadie lee las páginas editoriales y de opinión y, al revés, todo el mundo busca hoy los libros que se escriben sobre las películas para ver en que son traicionadas, como "Evita" que ya anuncia un nuevo género de "libros cinematográficos" tan diferentes de los que soñó e hizo Manuel Puig.
Termina la tiranía de la escritura y empieza el despotismo de la imagen. Quizás debamos agradecer a esta última que nos haya devuelto, al menos, el sonido del mundo, la verdadera poesía que regresa a su oralidad, a lo que Hegel llamó una vez "el temblor de las cosas".
Managua, Febrero de 1997.>
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