martes, 17 de noviembre de 2009

Gratificación a mí mismo

GRATIFICACION A MI MISMO

Freddy Quezada

A Josefina: con la forma que tengo de ver el cielo cuando escucho la Chica de Ipanema.

Te llamo desde dentro de mí; desde mis costillas que se arquean y mis intestinos imperfectos que prepararán tu alma para llorar en otra lengua con la misma mezcla de fascinación y vergüenza con que Antonin Artaud contemplaba sus residuos adultos. Si supiera el pobre día de hoy que estoy matando el tiempo pensando en lo que más le ofendería: en un día distinto; en el que nos amamos.

Para nada ha servido amar en ausencia tus caderas blancas y el modo inteligente de darme la razón exactamente cuando no la tenía a sabiendas que, después, me dejarías solo con las manos en mi distintivo de hombre dispuesto a satisfacer mi imaginación con el remordimiento de saber que el secreto de las religiones y los partidos no existe.

Me siguen traicionando las esperanzas ciegas que dejó en mis ojos Prometeo, único acuerdo con su peor enemigo que le regresó la señal, para seguirnos engañando, como el último de los males en la Caja de Pandora. He renunciado a seguir llamando infierno a aquellos lugares en que hay que dejar afuera un secreto que no existe.

He sido terrible al juzgar a la humanidad creyendo conocerle su porvenir sin saber que en ello se iba la vida de mis camaradas y la propia, buena parte de la cual ya la he perdido al buscarte.

Ahora, necesito tu carne con todos sus jugos y sus gases para recobrarla de nuevo en un solo acto: tu regreso. !No se ama nada si no se ama todo! Si decidís, en el viaje, traer tu alma, hacela venir de espaldas porque he decidido privarla del placer de verme llorar o de reírse del canto a mis miserias.

Cuánto tengo que esperar para darme cuenta que ya no existo para vos ?

La historia de tu nombre es jueves y nada me desconsuela tanto como esperarte en el centro de mi escepticismo de donde has partido orgullosa de tu condición de mujer liberada, negando que desear a la mujer es la primer manera de oprimirla y no hacerse desear la peor de defenderla. Atrapado en mi locura, vuelvo la mirada y decido declarar las ideas, de todo tipo, infieles a sí mismas y condenadas a pagar con su suicidio la destrucción de las ideas adversarias.

Niégome porque he dejado mi respiración a tu cargo mientras desaparecés en el vuelo de un cisne que interroga al cielo para darme perfecta cuenta que soy independiente de todo cuerpo como un detritus sin peso ni dirección en un W.C. ¡Estúpido destino el de corretear uno detrás de otro en un vértigo acuático como los sátiros detrás de las ninfas¡

Te imagino inclinada en reversa frente a mí llamándome desde una de tus entradas para darte el único amor que puedo dar: el de dos minutos para siempre.

Quién amó a quién ?

Yo, que me entregué detrás de mis defectos para que los sospecharas divertida ?

O vos, deseosa de triturar el sitio donde comparto mi secreto con Lord Byron y Talleyrand ?

O nadie, porque perdonamos con lujuria la inocencia de nuestras carnes sacrificando un amor que no queríamos encontrar por reservarlo para otros de nuestro mismo sexo?

Una muchacha golpea la puerta, ignora mis preguntas para devolverme al mundo de donde no saldré más que al morir en tus axilas relamidas y cuando me olvidés en los buenos días de tu idioma que te responderán, seguramente, mientras yo lavo mis recuerdos.

Diciembre de 1995

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