domingo, 15 de noviembre de 2009

Una Canción para el Siglo XXI (III Parte)

UNA CANCION PARA EL SIGLO XXI (III PARTE)

Por: Freddy Quezada

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"Chica de Ipanema"

cumplió 42 años.

RIO DE JANEIRO,

MAR. (UPI).- La chica de

Ipanema, la muchacha que

inspiró la famosa canción del

mismo nombre, cumplió el

sábado 42 hermosos años,

informó desde Río de Janeiro

el fundador y director

del diario "USA Today".

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Ohla que cosa mais linda

-- Sí, linda de verdad. La primera vez que la escuché, era un niño como todos, con algo de ingenuo en la mirada y mucho de torpe en las manos. Desde entonces creo en cualquier mierda y todas las cosas se me caen. Verás con cuánta facilidad me persuadirás de todo lo contrario que diga y cómo desparramo la cerveza sobre el mantel.

-- A mí no me dice nada. Es un bossa nova estupidizado en la nariz y en las piernas por un Sinatra que, para terminar de arruinarlo, debió cantarlo cuando muere como angelito nalgón en el expreso de Von Ryan (*). (¿Corrección Franklin Caldera?) No, creo que hay mejores canciones. ¿Andamos para otra?

Muchos autores han comparado, por la fuerza de sus pensamientos y el rigor de sus lógicas, a Marx con Aristóteles o viceversa. Ciertamente ambos marcaron épocas y rupturas epistemológicas que obligaron al mundo occidental y sus habitantes a verse a sí mismos y a los demás de otra manera. Cuando sus respectivas doctrinas empezaron a cuartearse, sus antiguos seguidores o extraños a ellas, les tributaron, en honor a su gloria, los prefijos pertinentes que recordaran a las nuevas generaciones la grandeza de sus genios y mantuvieran vivas sus memorias. Así, hoy, podemos hablar de post-marxismo con la misma naturalidad con que seguimos hablando de post-aristotelismo.

mais cheia do grasa

-- ¿Cuáles? ¿Chopin, Mozart, Schubert, Wagner y otros dioses que ocupa doña Cecilia de Ríos, tan llena de gracia, para agradarnos los sábados porque es su manera de hacer penitencia desde que no supo los nombres de los miembros del grupo de M.C. Hammer ? Vamos, el bossa nova tiene clase; Morais tiene olor a espuma de cerveza de mar; olor a marxismo vencido entre los escombros de un muro que no le importó jamás a una silueta de bikini sencillo. Dos cervezas más.

De las cuatro corrientes post-aristotélicas, todas coincidían en lo que los griegos llamaban ataraxia, una suerte de contemplación de la naturaleza tenida como fin en sí misma, basada en la suspensión del juicio con su correlato de tolerancia (escepticismo), la virtud y su búsqueda de equilibrio con la naturaleza (cinismo), el placer (epicureísmo) y el dominio de las pasiones con su correspondiente cultivo de la razón (estoicismo).

E ela menina que ven e que passa

-- Renegando? Te dejas llevar por la fuerza de las cosas. Qué dirás cuando baje la marea. Si en algo no se equivocó el marxismo fue en negarse a contemplar el mundo y menos en detenerse en las nalgas de ninguna chica. Baden Powell y Jobim lo sabían y su poesía estuvo siempre en negarlo.

-- Me pregunto si en esa chica que viene y que pasa, no está combinada la tolerancia estoica de un placer cínico ocultado por un marxismo que detuvo el mundo en sus transformaciones, para deleitarse en privado de la fijeza simple de los cuerpos.

A cada corriente respectivamente están asociados nombres célebres como Pirrón, Diógenes, Epicuro y Zenón. Después de la caída del Imperio de Alejandro Magno, sobrevivieron dos corrientes en la Roma horaciana: los estoicos y los epicúreos. Los primeros dominaron, conjugados con el judeo-cristianismo, después, toda la Edad Media y los escépticos sólo reaparecieron, con Montaigne y Descartes, en la Edad Moderna, inaugurando las ciencias con sus dudas. Los cínicos, en su versión ecologista, al parecer dominarán lo que muchos autores hoy denominan Edad post-moderna.

-- Si las cosas marcharan por el puro vértigo de las lógicas, en este momento no tendría necesidad de responderte tus juegos de palabras, porque la fuerza de esa duda, la misma de la carne, que llamas en tu auxilio para reconocer a la ciencia, anularía tus propias premisas con el más hermoso de los enigmas de la naturaleza: la muerte.

-- También combinando a los griegos. No entiendo. Hablas como yo y me parece que es un truco para perder los puntos de conflicto. Pero si es tu manera de darme la razón, la acepto.

seu doce balanço, caminho do mar.

-- Daría la razón a quien la tuviese. Prefiero darte algo que crees tan igual o superior: la sinrazón de un balanceo.

-- La tomo. Creo que es suficiente escuchar el placer con mesura, y creer en los principios más sencillos de la vida, para situarme ante mi época y soportar cualquier enfermedad, sobre todo las que ignora mi cuerpo. Acepto las simplezas de una manera de vivir sentado frente a un sol amigo, cuya consecuencia lógica, morir caminando hacia al mar, me es devuelta al revés por las cadencias de una chica que no necesité conocer. Una mirada recorre todo mi cansancio y deshace los fragmentos de mi vida anulando los efectos especiales que quiero recobrar para engañar a los demás sobre mi propia lástima. Un recorrido que se niega a regresar a su origen. Un 0 imperfecto. Un círculo en grito resignado a la orilla de una sombra. No es una manera de ser ecologista ?

Una remembranza sumaria, y algo caprichosa, del tipo a la que nos estamos refiriendo, no tendría mayor provecho sino fuera por la increíble analogía que nuestra época post-marxista ofrece a nuestros espíritus atormentados por la búsqueda de una nueva explicación del desorden en que nos encontramos. Ya los capitalistas, con un Fukuyama hegeliano pero sencillo, rompieron el desconcierto y han ofrecido un consuelo deteniendo la historia en las puertas de su reino: el mercado. Popper y Hayek han triunfado.

Moça do corpo dorado, do sol do Ipanema

-- Poesía? Pesimismo? Confundís las cosas. Cómo puede el bronceado de una muchacha inspirar sentimientos tan opacos para quien debiera preocuparse en refutar las pendejadas de Fukuyama? Una canción, tu canción, ya no te devuelve a tu alegría de revolucionario? A tus pasos sin prisa, a tu mirada oblicua sobre los edificios sin importancia? A tu fe en los sesenta, a las arenas que nunca conocerás de Ipanema, a tu satisfacción de perderte sin dar explicaciones? Ecologismo es otra cosa. Huir de la naturaleza es regresar en cierta forma a ella. Tiempo hecho nada como estas botellas vacías.

Hoy, después del derrumbe de los países socialistas, uno no resiste la tentación de comparar las corrientes post-marxistas con el escepticismo pirrónico cruzado con una variedad noble de epicureísmo, al parecer, sin degenerar todavía en la vulgata hedonista de las sociedades "post-históricas" aburridas y dedicadas exclusivamente, según Fukuyama, "al cálculo, la técnica y la protección del ambiente".

seu do balancado, e mais que un poema

­-- ¿Otras dos? E mais que un poema. Sí. Linda, no? Debería ser la canción del siglo XXI. Idealizar nuestras propias incredulidades. Eso es el post-modernismo. No creer en nada para creer en todo. Abrazar al mundo para no destruirlo al tiempo que otorgarle permiso para no reconstruirse. Hasta la mitad todo razonamiento se detiene para alumbrarnos; hasta la otra mitad avanza para oscurecernos. Quién decide los cénits del pensamiento? O es que la otra mitad sólo sirve para despedir los rayos suaves de la tarde en la que podamos abandonarnos a las dulzuras de la carne y la noche sirva para reflexionar sobre la inutilidad del recorrido? El mundo de las verdades relativas es sólo el día que le interesa al alcohólico anónimo.

-- Ahora soy yo el que no entiendo. Qué es todo ese relajo? Nihilismo post-moderno? Poesía enmerdeurs? El marxismo verdadero no ha muerto. Y no puede ser ninguna combinación porque siempre lo ha sido. Ese es el secreto de su vitalidad.

Sin duda, para la parte de intelectuales que aún no claudican a la centripetividad del mercado aunque confundan sus crepitaciones con destellos, el escepticismo les representa muchas ventajas. Los desencantados de las sociedades post-modernas buscan las nuevas explicaciones en la tolerancia de todos los juicios, arriesgando el propio sólo hasta donde no se contradiga con los demás y pueda concertar o negociar las diferencias. La mayoría de autores sociológicos latinoamericanos, como Lechner y sus colegas de FLACSO y CLACSO, están experimentando en este sentido; a veces parecen acomodarse al poder de la democracia o, por lo menos, a sus derivados materiales. Otros, quizás una buena parte de luchadores marxistas, naufragan en una suerte de "cinismo histórico" que nada tiene que ver con el cinismo virtuoso de Diógenes y Antístenes. Una gran parte de ellos también, al ser privados de un futuro deseable en cualquiera de sus variedades, han abrazado reediciones más o menos nobles del presentismo o existencialismo de los sesenta y algunos comienzan a gozar ya de un dolor nietzscheano ebrios de oscuridad y nostalgias. Quizás haya en todos ellos, como siempre, algo de estoicos preparando en su corazón la recepción de los nuevos dogmas si es que estos habrán de llegar. ¡Ay de las condenas que sufrirán sus pasiones tormentosas de hoy¡

e a cosa mais linda que eu ja vi passar

-- Marxismo? Lo fumé. Fue la cosa más linda que yo ví pasar. Se combinó tanto que desaparecieron sus rasgos esenciales. Pasó a ser la vida misma, una chica de Ipanema, un vientre, unas hemorroides, unos bigotes, unas acciones, un paso, un dedo señalando una dirección a una desconocida, un año más, una probabilidad. Es decir, nada y todo.

Así y todo, hay en la mayoría de los intelectuales post-marxistas una suerte de ignorancia u olvido sobre una corriente revolucionaria que siempre tuvo mucho que decir en contra del Estado, fuera este capitalista o socialista: el anarquismo. Del mismo modo en que los neoliberales invocan a Smith y Ricardo para demostrar su razón histórica en contra de keynesianos y marxistas, los revolucionarios tienen que reivindicar a Proudhon, Bakunin y Sorel en contra de estatistas de todo signo.

¡Ah, porque tudu e tao triste

-- Así que no estarías dispuesto a cabalgar de nuevo a Rocinante. Has confundido el marxismo con los marxistas en el poder. Aún hay revolucionarios en el mundo y aunque no sean marxistas estaré siempre al lado de ellos. Prefiero esta humilde frase hecha porque ya no podría dormir sin ella y no deseo la vigilia que propones para cuidar los sueños de mi razón.

-- Estás tan triste como yo, amigo. Salud.

Curiosamente existe una especie de coincidencia entre dos fuerzas hostiles dentro de un paralelogramo de cuatro actores donde hay dos juegos de combinaciones binarias enemigas. Con respecto exclusivamente al Estado, liberales y anarquistas siempre han estado en la misma trinchera: en contra de él. Marxistas-leninistas y capitalistas monopolistas también están situados en la misma línea: a favor de él. Con respecto exclusivamente a la doctrina, cambian las posiciones: marxistas y anarquistas se acompañan por un lado, y grandes capitalistas y neoliberales se unen, por el otro. Esta sencilla verdad ha sido desconocida por nuestros intelectuales que, en su desmoralización por una religión perdida que ya tenía ganada varios Estados para su causa, no desean rescatar algunas propiedades de las corrientes revolucionarias que puedan ser rearticuladas dentro de su propia búsqueda, tal y como ya hacen con el epicureísmo, el escepticismo y el cinismo griegos.

¡Ah, porque estou tao sozinho

-- ¿ Inocencia perdida durante una revolución ?

¡Ah, a beleza que existis

-- Encontrada después de ella.

A beleza que nao e fo mia

-- ¿ Haciendo el mal en nombre de mártires ?

que tamben passa sozinha

-- Evitándolo para respetarlos.

Ah, si ela subesse que cuando ela passa

-- Honra demasiado grande para ser respondida por quienes ya no hablan.

o mundo enterinho se enche do grasa

-- Hablaron mientras los hicieron callar quienes hablaron por ellos. No pueden hablar los grandes perdedores de las revoluciones.

o fica mais linda por grasa do amor

-- ¿ Los desencantados y los derrotados ?

-- Los muertos.

Avenida Bolívar. Niño. La ciudad en una mano pequeña. La libertad de ser dueño de un árbol limpio con un anuncio de Coca Cola oxidado; de unas raíces relucientes. La historia desde un cine a otro cine. Y de una avenida para siempre. ¡Cómo no amar las vísceras de varios radios que me miran mientras paso por un taller eléctrico¡ Aire puro, limpio, sobre mi rostro de ojos pequeños, inocentes. La ciudad sin padres que me prohiban caminar en ella. El sueño de ocho años: la libertad de interrogar al mundo por qué Sears tiene tan caro los juguetes y por qué los hombres escupen sobre serrín en las cantinas. Escaparates que me separan de las cosas que construyen los adultos para nosotros. Un espía que besa a muchas chicas lindas habita en mi cabeza mientras me persigno frente a la Iglesia San Antonio. ¡Buena la del Margot¡ Lo mejor: el fondo musical. Fácil, lindo, lleno de sol como este día concedido por la ignorancia de mi madre y la indiferencia de mi padre. Me dejan en el parque Bolívar a la altura de las nalgas celestes del hombre de "Pinturas Protecto"; me dicen: "¡Feliz cumpleaños¡ Te regalamos la capital de este país." Y me dejan ir como un barquito de papel, con la dignidad de llamarse María, sobre la corriente de una cuneta. Dieciseis calles, con varios edificios dentro, para ocho años, no está mal. Recorrerlas fue lo mejor. Aún dura. 22 tiendas, dos de apellido Cardenal, una con escalera eléctrica, otra con mucha gente riendo con bolsas de papel kraft en el pecho y perfumes ricos. Y yo, desde abajo, las domino; desde mi mirada; desde los acordes de la canción que silbo y con la que casi las escupo. No puede ser mala la gente que se parece a las películas de los sesenta. Seguramente hoy no hay crímenes. Por lo menos dentro de las dieciseis calles de mi regalo y las ocho de mi cumpleaños. Tiene 42 años ya la Chica de Ipanema, de los cuales 30 anduvo conmigo en cada aspecto agradable e infeliz de ma vie (en francés, la siento menos mía). Novias, terremotos, revoluciones, infidelidades, traiciones, servicios militares, primeros de mayo, contrarrevoluciones, huracanes, hijos, derrotas... Dejará de tener ninguno para tenerlos todos cuando termine el siglo XX y ya no pueda cantarla en el XXI.

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