domingo, 15 de noviembre de 2009

Aforismos viejos

LA PRECIPITACIÓN DE OPUESTOS Y SU ANULACIÓN COMO SERENIDAD

Por Freddy Quezada

· Hola, es la palabra que más mancilla al silencio: inicia todo.

· Si yo digo, por ejemplo, es lo mismo vacío que pleno y su equivalencia está en su propia destrucción al juntarlos, se entendería? Umberto Eco lo ilustra mejor, por algún lado, con payasadas simples.

· Otro modo: me es indiferente que esté llena o vacía una persona o un objeto. Pero no es indiferencia es más bien disolución. Puedo decir, entonces, que disuelve saber que "yo" estoy vacío y/o pleno.

· Disolverse es un acto que no es olvido o desaparición sino integración en un gran torrente. Es retener y anular. Al mismo tiempo y en el mismo lugar. ¿Viejo, no?

· ¿Puede un río verse a sí mismo desde una gota? Sí, pero no se mira o sea se ve. Es lo que hace el Tequendama de CMR viendo al océano.

· No es que los extremos se toquen sino que ni siquiera se separan del mismo punto.

· Debo a una mujer haberme enseñado a respetar a todas las mujeres, es una lástima que yo no le haya enseñado a respetar a algunos hombres.

· Lo bueno de las cosas malas es que pasan, lo malo de las cosas buenas es que pasan.

· Tanta democracia de la que se habla y nadie se ha hecho la pregunta más importante: cuándo puta se le solicita a uno si quiere nacer.

· Si yo dijera, por ejemplo, que dos tercios de los jesuitas que conozco son "comelones", hay alguien que me creería?

· Los intelectuales somos unas ratas que siempre estamos del lado equivocado: el de los vencedores. Cuando nadie daba un centavo por el capitalismo, todos éramos socialistas; ahora, igual, cuando nadie da un centavo por las revoluciones, todos somos liberales.

· Si uno morirá algún día, por qué no hacerlo en todos. Es el mejor modo de seguir el reloj de la naturaleza. Morirnos con el sol y renacer con él todos los días, hasta que el muy cochino se enfríe de muerte térmica y todos nos vayamos a la mierda.

· Hay que matar a todos los viejos; a los jóvenes, hay que dejarlos envejecer con su par de ideas idiotas y a los niños hay que prohibirles tener más de ocho años. Es el único modo de no conocer la traición.

· Qué especie más inservible seremos que ni siquiera somos originales en el sufrimiento ni en el placer. Millones de personas en este momento, en los anteriores y en los venideros, han sufrido y gozado como nosotros. Sólo pequeños gestos, aires, manos finas suspendidas eternamente para descargar una bofetada o alguien ilusionada a punto de venirse, son las que hacen la diferencia. Pero creo que ni esas. El colmo: no somos originales ni siquiera para decir "no somos originales".

· Todo ha sido dicho desde la primera vez.

· Sólo hay un amigo: la desconfianza.

· ¿Es que nadie puede vivir sin razones? ¿Tan débiles son los seres humanos como para aceptar que somos un maldito accidente?

· Morir es no nacer. Todo el secreto de mierda consiste en esto: no hay nada entre los dos momentos, excepto una narración, un sentido.

· No lo puedo creer: de todos los libros de física cuántica y astrofísica que he leído, nada me saca de la cabeza la idea de que el cosmos entero es una lucha entre la materia y la antimateria, es decir, entre Batman y el Capitán Frío. Hay que ser poeta, pero de los malos, para creer ese cuento.

· Sólo creo en una ley: todas las mierdas se terminan. Por favor, sin malas palabras: la segunda ley de la termodinámica. Más aún, para impresionar a los profesores y a las señoras: entropía.

· Dios es una hipótesis correcta que se pone a freír huevos en una esquina del universo mientras todo pasa a sus espaldas.

· Alguien vendrá a recoger el telón un día y veremos lo terrible que somos sin guión ni maquillajes. Ya han sido sorprendidos así: Dios, Shakespeare, Spielberg y Cameron; yo, cuando preparo mi café. ¿Mujeres? ninguna, todavía.

· Lúcido significa ser parte del enredo pero colocándole tres puntos suspensivos…para engañar a los inteligentes.

· Todas las cosas pueden ser dichas de una manera tan breve que cuando uno ve libros sobre ellas son sus enemigos quienes mejor las resumen. Así, un juicio sobre toda la obra de Hegel, puede ser dicha por un kantiano. O, sobre la obra de ellos, por un marxista. Es decir, sólo puede ser encontrada en otro libro. Hacer libros, pues, no es más que un pasatiempo aburrido para ocultar las verdades más sencillas.

· Dicen que los budistas pueden resumir todo con sólo pronunciar una letra. No sé cómo lo harán, pero me parece que es mucho.

· De dónde diablos ha salido la idea que el silencio es estar callado. Puede que sea diluirse en todas las voces. Pero aún así hay algo que me dice que no rompo el dualismo: entre lo uno y los muchos. ¿Somos tan simples?

· La conciencia se anula al repetirse. Saberlo es liberarse a condición que ya no se sepa.

· ¿Por qué corremos a sustituir una ilusión por otra, cada vez y cuando? No nos soportamos a nosotros mismos. Siempre necesitamos a otros para convencernos que seguimos siendo iguales en el momento mismo que siempre estamos cambiando. !Qué paja!

· Me toco los labios para saber que están en su sitio y extiendo mis manos para apreciar mis uñas. El labio ha cambiado de lugar y mis manos se han recogido, cuál de los dos Freddy es el verdadero? Cuál de ellos es el que platica y aconseja al otro cuando habla consigo mismo, por ejemplo, para decidir lo correcto?

· ¿Hay un "otro" dentro de uno? Sí, es el "superyo", ese idiota que son los deberes y las ilusiones de los demás dentro de uno y al que confundimos con el verdadero ser que es el que cambia todos los días, es decir, el no ser. Ser y no ser resulta lo mismo. A uno lo llamamos siempre para que nos saque de un apuro y al otro nunca lo reconocemos.

· Denme una hamaca, un televisor y un libro de Krishnamurti y les enseñaré cómo se pueden separar la dicha de la adoración; es decir, cómo se puede ser feliz sin amar.

· Quítenme la hamaca, apáguenme el televisor y déjenme solo con el libro de Krishnamurti y les enseñaré cómo se puede mandar a comer mierda al mundo mientras uno bosteza.

· Oigan la letra de esta canción: "El camino que me lleva a mi destino, fue el mismo que me trajo junto a ti". Que le costaba al imbécil tomar un autobús o llamarla por teléfono.

· Beavis & Butthead son dos muñecos pedorros y "comelones" como su madre: la sociedad gringa, que lo único que enseña es a ver televisión.

· Somos mestizos, es decir, hijos de lo peor de la contrarreforma y frutos de una multitud de tribus dispersas. Con razón somos un chiste para ONG's.

· ¿Es que estamos tan aburridos que no podemos volver a luchar por los pobres que ahora somos nosotros mismos?

· Leo en una corteza un corazón sangrando con dos flechas: "Carlos Alberto Montaner y Eduardo Galeano se aman". Sabía que uno era socialista y el otro anticomunista, pero no que fueran "comelones". ¿O fue una broma? ¿Quién fue el maldito?

· Hay dos sociólogos que me dan risa: uno que llora inconsolablemente porque no pudo tomarse una fotografía con el "Mitch" y otro que no encuentra qué hacer con tantas cifras y ha empezado a empacarlas para venderlas a los damnificados.

· Dadme una taza de café y moveré el culo en cualquier dirección.

· Estoy claro de todo…

· La serenidad y el aburrimiento se parecen, pero éste busca y aquélla no.

· Si por una de esas cosas que la teoría del caos llama "enganchamiento de fases", se nos diera por morirnos todos al mismo tiempo, es seguro que en el último minuto veremos a los animales que nos sobrevivirán parpadear como los gatos. Nada más se merece la especie.

· Todos tenemos la estatura de seis hombres: Cristo, Mahoma, Buda, Confucio, Lao Tsé y Abraham. ¿Mujeres? ninguna, todavía.

· Si un poeta o un religioso dice que el suelo es dulce y la luz salada, los científicos dirán que ha comido tierra desde su niñez y ha pasado la lengua por una bujía. ¿Quién les ha dado el derecho a estos cretinos, siendo menos del 1% de la población mundial, a convencer de su verdad al 99% restante? Tal parece que Galileo busca siempre vengarse contra los que quisieron asarlo.

· Si de verdad todos los seres somos un sueño de Brahman, me gustaría que le picaran las bolas para que se despierte de una maldita vez.

· Amar a la humanidad es dejarse ir, un buen día, por la avenida principal del país abrazando a todas las putas y a todos los borrachos, pero bebiendo con aquellas y acostándose con estos y, después, escribir la experiencia para una ONG.

· Que tire la primera piedra el que no ha visto una película pornográfica. Que tire dos, sino quiere ver otra. Que tire una pedrea si se arrepintió.

· Con un humor de escombros le dije: "Suéltame, déjame ir dulcemente, como un cerote en avenida". ¿Mujeres? una.

· Es el exceso de diferencias lo que ocasionan las guerras que vienen de evitarse por ellas.

· Es la saturación de igualdad lo que ocasiona las diferencias que anula.

· El lenguaje es redondo y vayan a averiguar ustedes por qué. Yo aquí sólo soy el que digo las sandeces.

· Cuando a uno todo le da lo mismo, podemos decir que es feliz. Empieza uno a ver diferencias y ha llegado el infierno.

· Odio dos cosas: salir y que me interrumpan cuando estoy viendo a Silvestre perseguir a Piolín.

· Nadie se parece tanto a este país como yo: lleno de mierda por todos lados, menos en el corazón.

· Cuando uno mata al "superyo", por dentro parecemos un gran lago reflejando el cielo, aunque el lago haya sido como el de Managua y el cielo como el de México D.F.

· Pienso que el tiempo desde que nació nunca ha avanzado. Somos nosotros repartidos en todas las edades, siempre.

· Nunca confíes en una persona menor de 30 años.

· Uno sólo llora cuando se cree un héroe en miniatura que ha sido castigado inmerecidamente y, a pesar de todo, avanza; desaparecida la última lágrima, regresamos a ser el verdugo de siempre.

· Dialogar sobre las diferencias sólo las alimenta; callar, sólo las acentúa. Lo mejor es olvidarlas.

· Para ser sincero, disolverse es estar solo y no decirse nada.

· Es una delicia hacerse odiar por la Humanidad, aunque sea por un segundo; es un placer que sólo se dan los enemigos de Superman.

· No hay que engañar a la gente, es mejor traicionarla.

· Tenerse lástima es un derrumbamiento continuo frente a las tardes, mientras uno se mete las manos en los bolsillos y se encuentra aferrado a una moneda falsa.

· He decidido, para complacer a los televidentes, morirme de hambre en medio de anuncios de Pizza Hut, Corn Flakes de Kellog's y Mac Donalds.

· Claro, lo decidió el Freddy de arriba; yo prefiero humillarlos, muriendo en manos de la competencia.

· Me gustaría despedir al mundo en la puerta, si me visita, dándole unas palmaditas en el hombro y una hermosa patada en el culo y decirle "sí, tenés razón".

· ¿Es que hay algo que no se pueda decir sin pensar?

· Sí, nada.

· El mundo es un grano de arena en los ojos de un payaso. No lo deja reír.

· El yo me persigue sin saber que soy yo el que lo persigue a través de mi eseidad. !Cuánta necedad para nombrar lo que no existe!

· Los continentes son cinco manchas de mierda que nadie quiere limpiar.

· En los supermercados debiesen vender etiquetas de "no molestar" para suicidas. Es el único toque que les falta para parecer cortés a quien se burla de nosotros, sacándonos la lengua, desde una soga.

· La libertad es la elección de una ilusión, mientras cambiamos de dioses, para esclavizarnos a ella. Después uno se aburre.

· No tengo energías para seguir escribiendo; no tengo ideas: soy feliz.

· Siempre he pensado que los nórdicos en general, y los suecos en particular, son las personas más amables del mundo. Pienso que los centroamericanos en general, y los nicaragüenses en particular, son los más agresivos. Me consuela saber que ambos se gastan por iguales orificios y eso les mantiene el mismo hedor de la especie.

· El dolor hace ridícula a la gente. Las pone a llorar donde debieran reír como el payasito Plin Plin.

· La paradoja de la paradoja es un círculo por donde a los filósofos les encanta perderse.

· El verdadero amor sólo lo experimenta quién nunca ha amado pero es amado. El que ama, por su parte, es sólo un sirviente.

· Cómo puede permanecer de pie la especie (y caminar la conchuda), sabiéndose mortal y traicionera. !Cuánta dignidad la de un reptil que no lo sabe!

· No vale la pena un mundo donde no hay bossa nova. Jamás podrá decir esto un brasileño, porque para ellos es el que no tiene fútbol.

· Las calles que más quiero son las oscuras y las amarillas bañadas por las tardes. Son las únicas que invitan a eliminarme sin pedir que me peine.

· Alguien señala mi parentesco con Cioran. Corrijo: soy un simple enfermo frente a un gran cadáver que ya han vuelto amable.

· Lo único que sé es respirar. Esperen un momento: dicen los orientales que ni eso.

· Me encanta cómo Superman, avanzando por el espacio sideral, pulveriza asteroides y planetas a puñetazos limpios. Que me preste sólo un segundo su poder ese comelón de calcetines rojos para hacer lo mismo con los políticos de Nicaragua.

· Y a propósito: ¿Por qué no dividimos a este país en varios pedazos? A mí que me den el Lago de Granada con todas sus isletas para irme de putas. Mátense por el resto.

· La única respuesta que vale la pena en filosofía es: no sé!!!

· ¿Puede uno enamorarse dos veces de la misma persona? Siempre que una tercera, desprendida de la serie, divida a las demás según el humor nostálgico o ansioso del canalla.

· Daría la mitad de mi vida por ser un escritor como García Márquez y la otra mitad como Vargas Llosa. Con razón nunca me decido, por miedo a terminar peleándome conmigo mismo, ignorando que ya lo hago, sin serlo.

· Ya puedo morir en paz: me seguirá la especie.

· Que mi epitafio diga: "era un gusano enamorado de una Chica de Ipanema".

· Y si de verdad, por turnos, todos somos, alguna vez, Humprey Bogart, una prostituta yugoslava, una rana o un carbón? No es para tener siempre una moneda que tirar al aire, una tanga, un croar y la alegría de ser quemado?

· Así que el universo es una inmensa burbuja en la que no se puede saber qué hay fuera de ella. A lo mejor, Dios corrigiéndose la corbata.

· ¿Por qué hay tantos números? Sólo necesitamos tres: UNO: Plotino; DOS: Platón; TRES (punto medio): Aristóteles. Los demás sólo sirven para el comercio y la contabilidad de los crímenes.

· Dos mil años de ser cristianos y todavía no sabemos convencer a quien está por encima de nosotros, de su ausencia.

· Todo es una inmensa cebolla que vamos despojando una a una de sus capas y, al final, cuando no encontramos nada, nos deja llorando.

· ¿Puedo decir una estupidez? Soy.

· Todo el terror de morir se reduce a no poder levantarnos al día siguiente.

· Lo fascinante de cualquier cultura es su capacidad elástica de prolongarse aún entre quienes creen haberla derrumbado. Esto es lo que diferencia a un europeo de un mestizo.

· No conocí los dioses de mis abuelos y no reconozco los de mis nietos. Aquellos fueron quemados y estos disueltos. Sólo mi generación creyó sostener los suyos en medio de los tormentos, pero !ay! fueron descuartizados por una mano invisible que venía de rascar las bolas de los capitalistas.

· Lo que llamamos vulgarmente amor no son más que caprichos de propietarios e ilusiones de jovencitas de burdel. Amar es conceder el beneficio de la duda al otro/a a la primer pedorreta; juzgarlo/a con dureza a la primera equivocación de nombre y, por fin, estrangularla/o al primer ronquido.

· Un anuncio de Sony y Citizen Watch me mantuvo soñando durante mucho tiempo sobre cómo besar a una muchacha que se dejaba caer lentamente en un césped. He venido a descubrir, años después, que la chica era un trasvesti y el que la besaba un enano. Desde entonces he declarado a los publicistas los enemigos número uno de canallas como yo.

· "Morder el leño" es una expresión que usan los desempleados en Nicaragua para acusar su situación laboral. Un político que se preste de voluntario para conocer directamente la textura del leño, tiene que estar dispuesto a averiguar si no es de plástico y dar fe de su autenticidad.

· La tristeza es un boleto de regreso; la alegría, uno de ida.

· Si bastara con señalar las cosas para desaparecerlas, le apuntaría con el dedo a la dueña de la pulpería donde fío, a las ideas, al Gabinete de la República, a mis mejores recuerdos y al espejo.

· ¿Si somos una repetición, entonces, dónde está la diferencia? En las pequeñas cosas donde estamos de nuevo.

· No me causa alegría la destrucción, ni celebro los derrumbamientos más de lo que un ebrio despedaza las cosas sin orden ni concierto para no recordar nada al día siguiente.

· Destruir es una pasión. Por eso hay algo de auténtico en la colocación de dinamitas por parte del demoledor, pero no debe buscarse belleza porque las apaga, ni ciencia porque las hace explotar después y en otro lado.

· ¿No es una locura vivir en la época llamada del "desorden" que es, al mismo tiempo, la de los "ordenadores"? ¿Por qué debería ser una locura mayor guardarse de amar al prójimo más que en la amargura del desengaño y en la prevención de todo tipo de ilusiones?

· Llega tanto a olvidarse nuestra insignificancia que nos creemos de verdad que existimos.

· Después de la nada, más allá, está todo, a dónde se puede llegar a la velocidad de lo inmóvil. Para tanto viaje es mejor no moverse, pero hacer como si lo hiciéramos, para ignorar la velocidad del regreso, más rápida que la luz, tanto que se nos presenta como si nunca se hubiese movido.

· No hay una sola cosa original que no hayan hecho otros. A veces, yo mismo me creo único, descargando mis flatulencias frente a los retratos de campaña de los políticos de mi país. Me decepciona saber que ya lo han hecho más de un millón de mis conciudadanos aún más sonoramente.

· Cada cosa tiene su despedida y lloran cuando las soltamos: así ven los niños al mundo.

· Las feministas reclaman por qué no hay todavía mujeres a la altura de Cristo, Mahoma, Buda, Lao Tsé, Confucio y Abraham. Les respondo que basta una sola de ellas, cualquiera, sobre todo las que no quieren, para parirlos a todos.

· El Sur, como en toda circunferencia, atacará al Norte por detrás y se confundirán en el mismo punto. Al pobre Norte lo vamos a obligar a hablar dialectos de sus propios idiomas, les haremos pasar como propias nuestras comidas, sus grandes heroicidades se las convertiremos en telenovelas, sus constituciones se las reformaremos mil veces, les rebajaremos la dignidad de sus niños al enviarlos a trabajar a las calles y les enseñaremos a rezar a dioses extraños. Así fue como los griegos sucumbieron ante los romanos, estos ante los germanos, quienes a su vez fueron humillados por los gringos. Ahora, nos toca a los latinoamericanos. Como castigo, y para diversión nuestra, les mantendremos el mismo modo de matarse por televisión.

· El número ha pasado a ser las hordas de nuestros tiempos. La mayoría derrota cualquier cosa: la ciencia, la democracia, el honor, la poesía, la lectura, el buen gusto, los imperios. Cuando la mayoría se derrote a sí misma volveremos a los aburridos tiempos de las revoluciones. Entonces ahí estará un miserable profeta esperando vengarse.

· La sabiduría no está en los libros; está en el silencio. Todos los libros del mundo no lo pueden guardar porque están hechos para violarlo.

· Decir "soy diferente" es, precisamente, ser igual a los demás porque dicen lo mismo; decir "soy igual" es, también, falso porque nadie lo es.

· Nada hay más disolvente que doblarse sobre uno mismo y encontrarse frente a frente con nuestro vientre. Hacemos círculos que nos desprenden de todo para fundirnos con él, como ondas concéntricas en un estanque.

· La única libertad que tenemos es la de multiplicar las opciones para engañarnos; elegida una, cualquiera, empieza la esclavitud que venimos de combatir.

· Todos mis sufrimientos vienen de no resolverme de una vez por todas a bajarle el bikini a la Chica de Ipanema.

· No hay nada más delicioso que partirle el corazón a una poeta y hacerla producir versos para uno.

· Pies con canaletes de grasa y polvo pisando los barrios de mi país, en medio de un sol criminal, es el único recuerdo que vale la pena guardar de los países tropicales. Lo demás son postales que no sirven ni para limpiarse el culo.

· Hasta cuándo nos daremos cuenta, todos al mismo tiempo, que somos insoportables y que si no nos devoramos es porque hay solo uno entre nosotros que se cree inocente.

· Soy una pasión entre Cioran, que hizo de la destrucción una ciencia, y Krishnamurti, que la hizo poesía.

· ¿Quiere alguien, por todos los cielos, apagar de una maldita vez todas las voces, o todas las luces, que es la misma pendejada?

· Basta dormir para eliminar el "yo". Si todas las sectas budistas admitieran este descubrimiento tan sencillo como ridículo, desaparecerían.

· No necesitamos nada para vivir, acaso un vaso de agua y un puño de arroz. No hay filosofía en esto, es sólo la dieta de un prisionero.

· El espejo del planeta entero está entre Managua y Masaya, una llanura volcánica donde no hay un solo ser vivo, se llama "Piedra Quemada" y refleja el mañana de la Tierra. Es un precioso lugar para hablar de globalización y calidad total.

· El misterio de las respuestas de los koan del budismo zen es descentrar. ¿Así es? Me dicen el "cañambuco" porque no uso calzoncillos.

· La serenidad es como la salud, uno sólo sabe que ya la posee cuando la pierde.

· La soledad, la sencillez y la pobreza son tres atributos para impresionar a chicas de clase media la primera vez que uno las conoce en las fiestas. Pero el verdadero hombre solo no habla, no baila y no va a "bacanales"; al sencillo no lo puede ver la clase media y al pobre le tiemblan las "tapas" para hablarle a las chicas.

· La historia no existe y la geografía está desapareciendo. Si nunca hubo tiempo ni hay ya espacio, qué somos? Un punto sin coordenadas? Una lágrima que cae sin redes?

· Lo terrible no es desplomarse sino que nos llamen, en el acto, cagones y no poder defenderse.

· Las declaraciones de amor son el fiel de la balanza de la especie. Cada uno de nosotros somos el total de la población humana (por eso nos reencarnamos tantas veces cuánto somos, según los budistas) que, a su vez, siempre coincide con el total de personas que han vivido anteriormente, es decir, con los muertos, de tal manera que el planeta entero crece concéntricamente y, para no reventarse como una burbuja, hay que decirle a quien uno quiere, 6 mil millones de veces, número de humanos actuales, para mantener el equilibrio entre vivos y muertos, te amo.

· Todos perdemos nuestros nombres al morir. Nos llamamos cadáveres.

· Mantén la acidez para ver el mundo y conocerás la risa.

· Qué esperan para disparar, idiotas; mándenme a comer mierda como yo lo hago con ustedes.

· Cuando se usa lapiceros en las camisas es para que los demás sepan que uno empieza a envejecer.

· En nombre de vuestra creencia en la felicidad, en el amor, la justicia y la libertad, créanme, soy un angelito.

· Toda la cultura humana se reduce a una inútil narración de un viaje hacia la luz. No sabe, la muy miserable, que ya nace con ella en sus ojos.

· Les creo: todos ustedes son inocentes. Permítanme a mí ser el único culpable.

· Ahora, al revés: les creo el doble: todos ustedes son culpables. Permitan, entonces, al rey de todos los culpables, yo, decapitarlos uno a uno.

· PLACE COMMERCIAL HERE.

· (…) Þ (mi sonrisa)

· Un idiota termina pareciéndose a quien lo descubre en el único momento en que empieza a pensar por su cuenta. Por eso somos una humanidad interrumpida.

· ¿En qué creen los que no creen? En no creer ni en sí mismos, es decir, en creer. De pie, estáis ante un pre-cadáver con las paradojas de Gorgias y Protágoras en sus carcajadas.

· "Prepárese que va a matar a un hombre". Estas cosas se le dicen a una mujer que te va a confesar una traición y no a un soldado, Che Guevara.

· Un mal día es cuando todo lo amarillo me duele y se enreda en mis riñones.

· Nadie nos ha definido como una bolita de estiércol. Todos nos creemos escarabajos destinados a empujarla.

· Propongo que para solucionar, de verdad, la crisis que atravesamos, toda esa manada de bribones que somos los intelectuales dejemos de escribir.

· Estoy dispuesto a confesar todo lo humano que escondemos y nadie dice. Por ejemplo: me estoy cagando.

· Seguir las reglas de cualquier juego hasta el extremo es el mejor modo de romperlas. Después, producen la ilusión de que se oponen.

· Alguien dice "necesitamos una segunda secularización" que nos emancipe de la sacralidad de la razón. O sea, estos bobos no han aprendido nada de la primera. Quieren repetir la historia rompiendo con lo sagrado para continuarlo. Hey imbéciles: descentrar el descentramiento es el secreto.

· ¿Soportaré el final? No, si me sigo cagando.

· El olvido tiene la bella ventaja de matarnos en la cabeza de los demás. Es un favor para darnos a conocer como la primera vez a las personas que no nos recuerdan. Es divertido engañarlas dos veces.

· Uno era aquel que nunca tuvo enemigos por poseer tan pésima memoria que al día siguiente olvidaba todas las ofensas; en cambio, el otro, no tuvo ningún amigo porque las recordaba todas. Una vez estos dos truhanes fueron hermanos.

· Desde hace un par de siglos, la física viene riéndose de todos. Impuso, al comienzo, su esquema mecánico y todos la seguimos como borregos. Ahora, la muy puerca, se deshace "cuánticamente" así misma, como descubrieron los budistas hace miles de años, y todos, otra vez, como borregos, la imitamos. ¿Es que no hay nadie que se levante y diga que esta tirana se equivoca en medio de las más populares de sus certezas? ¿Y alguien que, por puro gusto, la mande a comer mierda?

· Un ser humano feliz es una persona sin preguntas.

· Un estudiante al entrar a la Universidad sólo sabe que no sabe. Al salir, igual, sólo sabe que no sabe. La entrada es igual a la salida; el ignorante al sabio. Para comprender lo inútil y estafador de la educación moderna debe recorrerse.

· ¿Quién hizo a Dios? Las personas. ¿Quién hizo a estas? L@s mon@s . ¿Quién hizo a l@s simi@s? La materia inorgánica . ¿Y a estas? Nadie. ¿Y a nadie? Dios.

· Jürguen Habermas, ese hijo de Frankfurt, derrota, uno a uno, a todos los postmodernos con una sencilla pregunta: ¿cómo se puede combatir a la razón con la razón? Cada uno de los objetados, a su manera, han dicho: claro que se puede, aplicándole a sí misma sus propios fundamentos, se disuelve.

· Arrepentirse de haber nacido es la única cosa que no se puede decir, a menos que se esté ya con la soga, el revólver o el veneno de frente.

· Siempre estamos corriendo al sur de cualquier lado.

· Hablar, decir una sola letra, "y" por ejemplo, es poner en marcha todo.

· Llegué, no sé cómo, a saberlo más rápido que los demás: todo es un secreto que los viejos no queremos decir.

· Ya pasó todo. Sólo quedó un rumor: yo.

· Adiós es la palabra más bella en todos los idiomas. Después de ella no hay nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario