viernes, 13 de noviembre de 2009

Otros diez consejos para gobernar el país de Alicia

OTROS DIEZ CONSEJOS PARA SEGUIR GOBERNANDO EL PAIS DE ALICIA

Por Freddy Quezada

En ocasión de mis primeros diez consejos, un grupo de personas se han preguntado de dónde rayos he salido; muchos conocidos me llaman ahora “insolente” y “provocador”; mis amigos, dicen confirmar sus sospechas de estar frente a un “bribón” y un “francotirador”; mis enemigos, también dicen confirmar su imagen de “nihilista miserable” y de no soportar a un “imbécil que se cree genio”; mis colegas, por su parte, no me perdonan la venta gratis de los “secretos del oficio” y, compañeros de trabajo, me declaran “incorregible” y “atrevido”.

Todos, sin embargo, me solicitaron elaborar otros diez consejos más. Y, por esos misterios de la naturaleza humana en que un círculo une a los más opuestos, he decidido complacer tanto a unos como a otros.

1. Déjese engañar por los que le han hecho creer que le creen.

2. Alinee a sus ministros/as de acción social, banca de desarrollo, vivienda, inversiones y a algunos socios de ingenios azucareros y gríteles, cerrándoles el ojo derecho, donde lo oiga el Nuevo Diario : !Nuestro país podrá ser un gobierno de queridas pero jamás de ladrones !

3. Hágase considerar como una oveja obediente del reino católico mientras prepara la expulsión legal del país de la Compañía de Jesús.

4. Caiga postrado, donde nadie lo mire y cada vez que pueda, ante el FMI y el BM. Cuídese que sólo su gabinete lo sepa y, al hablar de la soberanía del país, recuerde limpiarse las rodillas cuando se dirija al público.

5. Demuestre a sus críticos, sobre sus promesas de generar fuentes de trabajo, que “buscar empleo” es un empleo más. Que desde ese punto de vista no hay desempleo abierto en el país. Que Ud. no habló, en su campaña, de trabajo remunerado.

6. Perdónese, en público, el volumen de su presencia hasta el grado de exigir, para su dieta, una reelección presidencial pobre en carbohidratos contralores y rica en proteínas autoritarias.

7. Ordene levantar una gigantesca estatua suya en el Estadio Nacional. Encárguela con pintas del 6% en todos lados, menos en la zona inferior de la espalda. Permita a los estudiantes universitarios que se diviertan manchando las áreas de excepción.

8. Sorprenda una mañana a los habitantes del reino, simulando renunciar a su cargo. Páguele, después, a una docena de buenos escritores el envío de rogativas, cartas, artículos, ensayos y estudios a todos los medios implorándole quedarse. Acepte, llorando, sacrificarse por la patria en segundas nupcias. Anote los nombres de quienes lo denigraron durante el simulacro.

9. Contrate cinco sociólogos, tres payasos y dos meretrices para ocuparlos como sustitutos a la mitad exacta de su período. Con los primeros, enredará a todos sus enemigos tanto dentro como fuera de sus filas; con los tres siguientes, ganará en humor lo que perderá en clientela y, con las últimas, se garantizará el dulce abandono a los placeres de la carne para pagarse las mortificaciones de la primera mitad de su administración.

10. Páguele el boleto de ida y vuelta, desde el Brasil, a la Chica de Ipanema y, esté como esté, preséntela a este su servidor que, así, dará por bien pagado sus consejos.

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